Él es un príncipe, pero no un príncipe azul, de esos que idealizas demasiado y nunca llegan por que no existen, de los que ves en las películas y sin conocerlos te enamoras, solo por que “Es un príncipe”, esos que nos enseñan toda la vida que nos van a hacer felices aunque no tienen nada que ofrecerte.
Pero Él no, Él es como un cuento pero no es de cuento, es real. Él no es un príncipe azul, Él es un príncipe diferente, un príncipe violeta. El que está educado a la antigua pero ha cuestionado sus valores antes de arraigarse a ellos pues no le gusta caminar por donde le dicen sino por donde Él ya está seguro que se debe de ir. Aquel que no necesita un palacio o un corcel blanco para apantallarte pues toda su fortuna la lleva por dentro y con eso te enamora. Él es espontaneo, es cariñoso, atento y preocupado pero no para encantarte sino porque le sale del corazón y del alma. Y así, sin esforzarse coincides y converges.
De Él te enamoras no por lo que hace, sino por lo que es, por lo que emana, lo que vibra y te enseña. Él no es trillado ni convencional, no necesita salvarte la vida para querer entregarle la tuya a cambio. El no es un príncipe azul, no necesita rescatar princesas en peligro ni despertarlas con un beso para mantener a una mujer eternamente a su lado.
No tiene que luchar con gigantes ni dragones para ser el mas valiente de todos, Él se reta emocionalmente, arriesga su zona de confort con el propósito de saber que es lo que realmente quiere, cuestiona su camino, se preocupa por su destino . Él sabe que haciendo pequeños esfuerzos diario son los que forman la verdadera valentía de la vida y sobre todo lo preparan para cuando se tenga que enfrentar a una enorme batalla, Él es valiente todos los días, no cuando se necesita.
Él no es un príncipe de cuento, no tiene la vida perfecta y mucho menos planeada. Le gusta retarse, le gusta preguntarse pues le aburre la idea de que el cuento ya esté escrito, a Él le gusta contar su propia historia, ser autor de su historia. Y lo mejor de todo es que no lo hace para trascender a un libro, sino para vivir plenamente su destino, para aprender pero sobretodo para dejar una lección en el camino la cual sin saber se convierte en huellas para muchos que andan perdidos.
Él no es el rebelde que va contra la corriente, pero tampoco va con ella. Él es un pez en su propio rio, disfrutando del recorrido.
Él es un príncipe violeta una persona especialmente espiritual. Las cosas del mundo no parecen preocuparle demasiado, sin embargo sí está muy pendiente de su crecimiento personal. Él, es un príncipe de verdad.
A.