Nos encontramos de nuevo, la primera vez llegaste como susto y hoy te abro la puerta lento pero con gusto. Hola otra vez soledad, amiga, compañera, musa de mis letras e inspiración continua. Te vuelvo a ver aunque esta vez te noto diferente, no se quien ha madurado si tú, yo, o hemos sido las dos.
Es cierto que fui yo quien te buscó, quien te planeó sin embargo al primer encuentro te negó, te confieso que me da miedo sentirte pues tengo la sensación de que vienes a herirme. Siempre quiero huir de ti sin embargo hoy no tengo a dónde ir. Esta vez no es como aquel adiós que nos presentó o ese camino que inesperadamente nos unió. Ahora nadie te impone ni me avienta a tus brazos, esta vez estoy contigo por decisión y convicción. Hoy te gozo, te aprendo y sigo tus pasos.
Estar contigo irónicamente se ha vuelto un ejercicio de estar conmigo, pues cuando más te tengo, más me siento. Al estar contigo no me pierdo; al contrario; me encuentro. Me sorprendo contándome chistes y riéndome sola, planeo citas conmigo misma en lugares dónde antes no iria sin compañía e invento nuevas recetas en la cocina. Canto en alto por las calles y hablo a versos, pierdo la vergüenza y el «qué dirán» cada vez me importa menos. Comienzo a conocer de cerca mis miedos, demonios y defectos pero me enfoco más en lo que llevo dentro.
Contigo me he vuelto mas tolerante, paciente, empática y perseverante. Me he aprendido a dar lo que necesito y a satisfacer mis propias necesidades. He buscado compañía, anhelado compartir con alguien mi día sin embargo al toparme siempre contigo en la rutina me doy cuenta de que no necesito a nadie más que a mi en mi vida.
No te pongas triste si te digo que este tiempo no será eterno, siendo honesta tengo otros planes para lo nuestro. Y aunque siempre buscaré momentos para reunirnos, no quiero vivir eternamente contigo. Pues una vez creciendo juntas me gustaría recorrer una vida de la mano de alguien más y eso significa que tú ya no estarás.
Hola otra vez soledad, por mientras disfrutémonos un poco más.
A.