Hoy el día fue diferente, después de una larga racha de “estabilidad” sentí que algo me faltaba, el aire empezó a ser mas espeso y el tiempo mas pesado. La nostalgia invadió mi cama por la mañana, empecé mi día negada a mi realidad pues no creí que estuviera sucediendo. Me apegué a la receta: tomé una gran taza de mi café favorito, la música. Sonreí, me bañé, conviví con mi familia, me reí, comí, vi a las personas importantes de mi vida. Pero por mas que el momento me distraía, la realidad ahí seguía.

Ya lo sabia pero hoy lo sentí de lleno; sentí sin angustia, sin ese dolor que cala los huesos; que me haces falta. Hoy ya no era esa necesidad de apagar el dolor la que te nombraba a gritos, era mi corazón desnudo el cual no te nombraba sino que eras tú a quien latía. Hoy mas que quererte contar mi día, tuve la necesidad de compartir cada segundo de él contigo. Hoy no fue mi nostalgia la que se empapó de tu recuerdo sino que me dolió notar tu ausencia, darme cuenta de que estoy bien, pero estoy sin ti.

Hoy me sentí débil, sentí que no podía. Hoy a pesar de mi trabajo mental y emocional, de mi seguridad acerca de todo lo que está pasando, me sentí insegura. Hoy me sentí cobarde, a pesar del sentido que le doy a nuestro ya llamado “Plan perfecto” tenia ganas de romperlo, de llamarnos locos y volver a buscarte.

No podría estar mas consciente de que somos un ser completo y somos los únicos proveedores de nuestro ser. Por mas que sé y me he demostrado que puedo vivir sin ti, me doy cuenta que esta ya no es la misma vida y te extraño a ti en ella. Hoy mi alma habló por encima de mi mente tan razonable y de mi sumamente emocional corazón, te quiero en mi vida, pues por mas que yo crezca y avance, ella no es la misma sin ti.

Hoy no tuve que recurrir a pensarte para encontrarte en cada segundo de mi día, ahí estabas, tanto que me he dado cuenta que te has instalado en mi recuerdo.

Hoy te extrañé, te eché de menos y de mas. Hoy te sentí tan cerca de mi y a la vez tan lejos que tu ausencia me hizo olvidarme un segundo de mi y solo pensar en ti.

Lo escribí ayer, lo leí hoy y me seguirá haciendo sentido mañana porque el día que lo lea diré lo mismo… hoy te extrañé

Miss You, A.