¿Qué es la vida? ¿Para qué es vivir? ¿Morimos por vivir o vivimos para morir?
La vida es lo único que nos pertenece y lo único que no entendemos. ¿para que se vive realmente? Hay un millón de respuestas a esa pregunta pues esa pregunta cada quien tiene el deber de contestarla, pues cada uno es autor de su única y propia vida. Por lo tanto no vives para los demás, no vives para agradarle a nadie, para dar explicaciones, para ganar reconocimiento ajeno. Vives para ti, al único al que le debes reconocimiento es a ti. ¿Tu que quieres? ¿A ti que te gusta? ¿Te estas acercando realmente a eso que te llena?
La vida no es complicada, es compleja pues no sabemos escucharnos o entender lo que nos está pasando. Muchas veces tenemos la idea de que queremos algo porque sientes un emoción dentro de ti y vas por ello una y otra vez y ahí estas todas las noches tomando en un bar pero al día siguiente no pasa nada. No hay emoción, no hay pulsión, no hay nada.
Y otras veces sientes en el fondo una cosquillita de que hay algo diferente y de que quieres y puedes hacer algo diferente. Y hay un día que lo haces, que te quedas en tu casa, que convives con tu gente, que te acercas a lo que empujaste hacia fuera, que le diste a tu cuerpo un descanso, hiciste ejercicio, corriste y te cansaste. No hubo tanta euforia ni te da los picos de felicidad que genera una noche de alcohol, es más te costó trabajo. Pero el cambio está al día siguiente cuando si hay algo, cuando si sientes , cuando encuentras una emoción, una ilusión en vez de un vacío.
Así pasa; cuando hacemos algo; en el momento puede ser increíble o difícil. Las mejores cosas de la vida no vienen en la presentación mas atractiva, vienen acompañadas de retos, de letras grandes donde dice ESTO NO ES FACIL, TE VA A COSTAR, TAMBIEN DUELE. En cambio eso que te destruye, si. Viene empaquetado como esa pócima a la felicidad que nadie había encontrado, drogas, alcohol, excesos. Adornado con etiquetas de FELICIDAD INSTANTANEA, TE VA A GUSTAR, FUERA DOLOR.
Lo complejo de la vida no está en leer esos frascos, ni siquiera en probarlos. Está en identificar los efectos secundarios, en no dejarte llevar por el sabor del momento, en detectar que durante un maratón te sientes un loco, el dolor te hace pedir que te detengas, piensas “no lo vuelvo a hacer”, me cuesta trabajo, además me levanto temprano, “podría estar en mi cama comiendo pizza o con mis amigos tomando cerveza”. Terminas y sonríes, te sientes la persona mas feliz del mundo, te sientes capaz, exitosa, te sabe el dolor, te sabe tu sufrimiento, te sabe tu esfuerzo.
En cambio cuando estas tomando de los otros frascos y estas en una noche de excesos, mientras mas avanza estás mas feliz, la pasas mejor que nunca, te sientes bien, no quieres parar, estás pensando en la próxima noche, no hay ningún esfuerzo y ¡cómo disfrutas!. Te vas; y si estás consiente para ese momento; sigues con la adrenalina a tope, sigues con esa felicidad ambulatoria hasta que te vas a dormir.
La trampa y la razón por la que todos vivimos en una eterna incongruencia e infelicidad es por no saber identificar los efectos secundarios, por creer que la acción es la ganancia primaria cuando realmente la ganancia es eso que sientes al despertar, lo que pasa después. Cuando abres los ojos ¿qué sientes? ¿qué piensas?. Un atleta, dice “Hagámoslo de nuevo” una persona cruda despierta y dice “no lo vuelvo a hacer”. Ahí está la clave, ese es el momento que debemos tomar en cuenta. Tu cuerpo te lo está pidiendo, el sabe lo qué estás sintiendo, solo necesitas prestar atención a ese pequeño momento que nadie escucha. Cuando volvemos a planear algo solo recordamos la emoción del momento lo que te hizo mas feliz en menor tiempo.
La felicidad mas grande no es la mas corta, es la que juntas a lo largo de pequeños episodios. No es la de un fin de semana, es la de toda una semana de equilibrio. Donde quizás en un día no sientes lo que se vive un viernes por la noche, pero si la juntas, si reúnes lo bien que te sientes durante una semana, supera ese pico de alegría, de felicidad ambulatoria.
Y así debemos de escuchar mientras vivimos, cualquier momentos, en cualquier campo de la vida, ¿que te hace sonreír mas al día siguiente? ¿Ganar mucho dinero o pasar tiempo con tus hijos? ¿Que te llena el alma al despertar? ¿qué dolor te sabe mas? ¿el de un trabajo donde te esforzaste, te desvelaste pero al final lo lograste? ¿o el de un trabajo fácil, fructífero pero donde ni siquiera te retaste o esforzaste? , eso que estas haciendo te hacer decir al día siguiente “hagámoslo de nuevo” o “no lo quiero volver a hacer”.
Se vale probar, parte de saber que te gusta es descubrir también que no nos gusta. Pero identifica, escúchate, conócete. Somos únicos e irrepetibles, lo que le hace bien al otro no forzosamente tiene que hacerte bien a ti. Es tu vida y solo tu decides como vivirla.
Aprendamos a escucharnos, atrevámonos a despertar, a identificar la sintonía de la vida, que después de que empiezas a verla de esta manera te das cuenta que la vida es compleja mas no complicada.
Vive, no sobrevivas.
A.