Llevo dos años de crisis, y digo crisis porque una crisis es un cambio importante en cualquier desarrollo dando lugar a una estabilidad, si, si es un periodo difícil pero no malo y todo cambio implica un dolor, un sacrificio y un sufrimiento. Como cuando éramos niños y nos dolían las piernas por estar creciendo, o que decir de cuando nos salieron los primeros dientes, o la primera vez que te rompieron el corazón. A veces nos da tanto miedo sufrir que no podemos crecer.
En estos dos años aprendí de todo, pero sobre todo me conocí aunque sé que es la primera crisis de varias pues quiero seguir creciendo, y este fue el primer salto hacia otra etapa de mi vida. Corrí, camine, me estanque, me caí, me levante y me volví a caer infinidad de veces hasta que aprendí. A que hacer, que no hacer, como hacerlo, como NO hacerlo, como manejar mis emociones, cuando es mejor quedarse callado y cuando es realmente importante expresar tu opinión.
También en estos dos años cuyo comienzo fue marcado por el final de una relación, (mi primera relación seria) empecé a buscarte, siendo sincera mi corazón y mi mente siempre estuvo ocupado, sino era por algún sujeto en cuestión era invadida por la idea de encontrarte. Pero nunca llegaste y sabes, hoy te doy las gracias porque si hubieras entrado a mi vida hubieras interrumpido con esa catarsis por la que pasaba, en donde la niña estaba buscando a la mujer que es ahorita, donde encontró las cosas más importantes en los lugares menos esperados y descubrió que su extraña fórmula para encontrar el éxito era probando constantemente el fracaso.
Pero siempre estuviste en mi mente, en cada lugar que visitaba ya hacia planes, llegaba a lugares donde desde el primer segundo sabía que ahí no iba a encontrarte, te busqué en personas equivocadas, te encontré por segundos pero te solté porque no me llenabas o creo que era yo la que no te podía llenar a ti. Por momentos te odié y hasta te olvidé creyendo que nunca te iba a conocer.
Hoy te entiendo y se porque en ese tiempo no me quisiste conocer pues no estaba lista y solo te iba a ofender. Aprendí de tantos golpes y desilusiones que viví, y aunque uno nunca sabe si está listo sé que hoy te empiezo a valorar, por eso hoy te quiero encontrar sin embargo ya no te voy a buscar, simplemente te voy a esperar para cuando tú quieras llegar.
A.A