Cuando el miedo pudo mas que las ganas de amar, te quedas justo con eso, con las ganas, ganas de descubrir, de disfrutar, de seguir viviendo eso que te llenada de alegría. Ganas de reforzar tu firme convicción de que El es lo que tu querías, por lo que estabas convencida todos los días, esa motivación en las mañanas y chispa durante el día. Esos toques que sentías cada que lo recordabas, te quedas con ganas de que todo eso dure mas, pues hoy te das cuenta que lo que habías encontrado y te había llenado. Nunca estuvo, no estará.

Te quedas con ganas de dejar de sufrir, de salir corriendo a sus brazos para dejar de sentir ese dolor donde el corazón se está saliendo del cuerpo dejando un hueco. O ganas de ser mas fuerte, de poder dejarlo atrás, de dejar de pensar que hubiera sucedido si el miedo no pudiera mas que las ganas de amar. Ganas de poder hacer algo al respecto aunque en el fondo sabes que esa no es tu batalla.

Te quedas con un espacio vacío, un huequito que se siente y te duele. Falta el aire, sobran ganas, pues de la noche a la mañana se extinguió esa vitamina que tu ya habías adoptado como tu medicina diaria. Cuando el miedo pudo mas que las ganas de amar, no lo ves venir, nadie ni nada te prepara, estas sola porque no te puedes agarrar de nada, no hay pretextos, no hay excusas, no hay nada.

No era el príncipe azul ni tu una princesa pero no era necesario, pues para ti nunca fue un cuento, era real, tangible, disfrutable con todos y cada uno de tus sentidos. Era amor, siempre fue amor de verdad. Te entregaste, sin pensar, sin medir, sin meditar, porque para ti para eso es el amor, solo para disfrutar, para vivrlo a tope. El amor es para amar. Y no todos tienen la fortuna de encontrar alguien de quien se pueda enamorar.

Cuando el miedo pudo mas que las ganas de amar, queda el coraje de una historia sin terminar y mas triste aun, una historia sin final. El sabor de boca de que no se pudo contar algo que ni siquiera quiso empezar. El dolor de que el miedo nubló todo ese camino, ese aprendizaje, esas caídas y levantadas, que truncó un destino. Cuando el miedo pudo mas que las ganas de amar, pasa…. pero nunca sucede.

Al final, cuando el miedo pudo mas que las ganas de amar, solo se queda el miedo mirando como el amor se va.

A.