Han pasado casi 4 años desde que te fuiste, o desde que te transformaste como aquella vez te lo dije. 3 años 5 meses 23 días para ser exactos y cómo no contarlos si tú vida cambió la mía.
Recuerdo como si fuera ayer aquel mensaje, recuerdo las últimas palabras de tu papá “Él a ti te quería mucho, Él a ti en especial te quería mucho”, las llevo grabadas en el alma. Recuerdo mis lagrimas, el hueco en el estomago, ese dolor en el pecho que por primera vez me hizo ubicar dónde se encuentra mi alma. Recuerdo como si fuera ayer la mañana de ese 25 de Mayo.
Tu partida me cambió la vida, no solo dejaste huella, no solo me marcaste con tu presencia en mi vida la cual te puedo decir que me dio a manos llenas. Tu partida dejó lecciones, corazones, lazos y sin fin de amores, la luz de tu despedida desaparece cualquier sombra que se instaló aquel día.
Aprendí lo que es la vida y sobretodo lo que es vivir. Me enseñaste que sí somos instantes y que en efecto solo hay una, tu partida me enseñó que lo que no viva hoy no lo viviré mañana, que cada día me acerco más a mi ultimo día y que por más que duela somos un reloj de arena en cuenta regresiva. VIVE, vive y deja vivir pero sobre todo ama, ama sin condiciones, ama sin reproches, simplemente AMA. Ama al de enfrente, ama al de al lado, ama al que vas a ver toda tu vida y de esa misma manera ama al que te cruces solo por un día. Ama porque puedes, ama porque el amor es un superpoder y tú lo tienes.
Tras ese intento de despedida descubrí que yo no se decir adiós y con esa misma intensidad aprendí lo que es realmente el amor, ese sentimiento eterno, infinito y completamente unilateral pues ni siquiera necesito de tu presencia para seguirte amando. Te fuiste y no se apagó el botón sino que todo ese amor se expandió, hoy amo de esa misma manera a tu familia, a tus papás, tus hermanas y a tus sobrinas. Amo a tu gente, a tus conocidos que para mi eran desconocidos.
Tu partida me enseñó que no importa sin son 100 o 18 años, el tiempo es suficiente cuando está bien invertido. Tú fuiste el mejor administrador de tiempo y mi gran catedrático pues aunque te diga que me faltó, en el fondo se que sigo recibiendo.
Tu partida no solo me cambió la vida sino que me enseñó a vivirla.
Te amo siempre, A
GBZ, XXIV-V-MMXIV