Hablemos de la muerte, si, de la muerte; ese tema trillado pero evitado cada que sale a flote en una conversación o en medio de tus pensamientos. Eso de lo que nunca se habla y a lo que todo mundo le teme sin embargo todos llevamos cargando silenciosamente. Se habla tan poco de ella que por lo mismo cuesta trabajo concebirla como algo tangible. Si, todos sabemos que nos vamos a morir pero pocos creemos que eso vaya a suceder realmente. Estoy convencida de que muchas personas no conciben la idea de que la vida se acaba, si la viéramos como algo cercano, algo real, entonces de verdad cuidaríamos de la vida y apreciaríamos mas los días.
Cuidarías mas de tu templo, honrarías cada momento, disfrutarías de cada instante y te ocuparías por crecer en ves de preocuparte por tener. Se nos pasan los días, los años, se nos termina por pasar la vida porque no creemos que en verdad se vaya a acabar. Nos concentramos mas en ver que poseemos o que posee el de al lado, en cuanto demostramos en vez de cuanto ayudamos o cuanto estudiamos. Se nos olvida que la vida es abstracta, por lo mismo no es cuanto tienes sino cuanto sientes. La vida, como la muerte se llevan por dentro. Es lo que piensas, lo que concretas, lo que sabes, lo que encuentras.
La muerte es el término de la vida, es dejar de tener lo que creías tenido. No me digas todo lo que obtuviste, dime que dejaste, ¡¿QUÉ DEJAS?! ¿Cuantas vidas cambiaste?, ¿cuantas lecciones predicaste?, ¿cuanto amor mandaste?, ¿cuantos hijos guiaste?, ¿cuantos seres ayudaste?,¿ cuanto disfrutaste? ¿Qué ejemplo diste? Tú te vas, pero los que se quedan, ¿cómo los dejaste? ¿Que huella impregnaste en este espacio? Dime que dejas en la vida, no que te llevas con tu muerte.
La muerte es real, es tan real como la vida, de echo vienen juntas, es como un alimento con fecha de caducidad, que al adquirirlo no estás comprando ese embace que te dice cuando deja de funcionar, compras su contenido, lo que vas a disfrutar; sin embargo ahí está porque vienen juntos. Disfruta el contenido de tu vida sin ignorar el hecho de que no es eterna. Cuando se aprende a vivir de verdad no solo vives sino que enseñas a vivir y eso te convierte en un maestro de vida. A la muerte no le interesa con que te vas, le importa lo que dejas.
Hablemos de la muerte, sin miedos, sin tabúes. Hablemos de la muerte para poder entender y disfrutar más a la vida.
Live, A