Tú eres el milagro

terremoto-mexico-19-septiembre-71-11.jpg

En medio del desastre y la desesperación todos coincidimos en el mismo punto, nos encontramos esperando un milagro, algo que nos aliente, que nos salve, que nos saque de esta pesadilla que minuto a minuto se convierte en realidad. Tú eres el milagro, si tú, sin saber el alcance, el tamaño o la magnitud que tenga una acción, eres el milagro.

Eres el milagro cuando en medio del tráfico tomas tu guitarra y dedicas una canción de coche a coche al ritmo de “stand by me” y sacas una sonrisa en ese par de mejillas donde lagrimas corrían. Eres el milagro cuando escribes del otro lado del mundo preocupándote por otra persona, cuando te vuelves interceptor entre dos amores olvidados o dos corazones aun no reconciliados, eres el milagro al brindar un abrazo. Eres el milagro informando, apoyando, recaudando, entregando o simplemente amando.

Eres el milagro rescatando en medio de los escombros, eres el milagro donando algo de tu closet,  yendo al súper y comprando provisiones. Eres el milagro haciendo un sándwich y entregando botellas de agua, depositando a una cuenta de banco, juntando las manos y orando o mandando luz y buenas intenciones para los más necesitados.

15058656454435.jpg

Tú eres el amor, la prosperidad y la calma, tú eres eso que alguien más está buscando. Hoy va más alla de esperar el milagro. Hoy, aquí y ahora tú eres el milagro. Tú tienes la capacidad de ser el milagro, conviértete en eso que te gustaría ver, da eso que te gustaría recibir.

México nos necesita más que nunca. Me es imposible estar gozando de salud, un techo firme, comida y una cama caliente sin abrir un llamado a compartirlo con alguien que lo requiere.  Es tiempo de dar, de no esperar cuantos vamos o cómo vamos, simplemente hazlo. Da, comparte, dona, aporta, ayuda, haz lo que puedas, genera un acto espontáneo de amor y se el milagro.

¡Tú eres el milagro!

¡Fuerza México!

A.

pepe_soho_00-660_0.jpg

Lo que aprendí de mi última relación

58b18122f88b920cd581fc74d9df9417.jpg

Nos han dicho que las relaciones son mitad y mitad, pero ¿Qué es el todo? ¿Qué es la mitad? ¿Cómo sabes cual es un 100 y cuando no? Aprendí que ponerle números a lo abstracto es absurdo, sin embargo si pudiéramos cuantificar el amor, entendí que las relaciones no son 50/50, las relaciones es estar dispuesto a dar todo sin importar lo que pueda dar el otro lado. A eso llamamos amor incondicional, el amor incondicional es unilateral, es de un solo lado sin importar ni pensar que vaya a regresar.

Aprendí que las relaciones no es aguantar es simplemente dar y soltar, no engancharte ni luchar. Es amar de aquí para allá, dejar fluir y soltar lo mas puro de tu amor incondicional. Sin embargo también aprendí a renunciar a lo perfecto, que aunque te sepas de memoria estas letras somos humanos y cometemos errores; los cuales ahora llamo lecciones de vida. Aprendí a renunciar a la idea de que me “merezco” una pareja perfecta o que “debo” ser siempre la mejor versión de mi, pues aprendí que un gran equipo lo conforma el balance y que mientras exista propósito y compromiso no necesita ser perfecto para que sea grande, funcional y verdadero.

couple-love-tumblr-window-Favim.com-2617837.jpg

Entendí que la vida es identificar tus emociones, reconocerlas y desde ahí trabajar en tu inteligencia emocional logrando satisfacer tus necesidades. Aprendí que si entiendes las necesidades del otro dejas de crear juicios o hacerte historias egocentristas donde uno cree que todo lo hacen para dañarnos. Aprendí a no quedarme nada guardado, a dar libertad y darme mis propios espacios. Aprendí a respetar, a valorar y perdonar. A ver a las personas desde lo mas profundo de su ser y no desde los errores o las historias, dejando a un lado el pasado y vivir el aquí y el ahora. Aprendí a dejar atrás las etiquetas y los tabúes sociales, a dar y darme lo que puedo.

Aprendí a amar, amar de verdad, ese amor del que hablo, ese amor que ya no te importa si está contigo o con alguien más ya que lo que importa es su felicidad y crecimiento personal, pues entendí lo que es el amor de verdad. Aprendí que el amor es lo más fuerte, más fuerte que la distancia e inclusive más fuerte que nosotros mismos. Aprendí que uno no decide a quien ama pero si elige cómo ama, aprendí que el amor no necesita ser presencial.

Aprendí a ser valiente, a conocer y darme la oportunidad de volver a conocerme, aprendí a reconocer el miedo; a no juzgarlo ni enfrentarlo; simplemente verlo, identificarlo y nombrarlo, dejando que mi mente y mi espíritu lo autorregulen; pues si; en esta relación aprendí a meditar.

7a9474beef3a65191060bc11110d8c7a.jpg

Aprendí a conocer y amar mi cuerpo, a cuidarlo y respetarlo. Aprendí a levantarme temprano y al igual darme tiempos merecidos de descanso. Aprendí a verme, en mi y en los demás, aprendí a soltar, a dejar situaciones que yo no pueda manejar. Aprendí a llorar, a vivir duelos y poderlo expresar. Aprendí a despedirme, a extrañar, extrañar de verdad.

Podría hacer una lista infinita de las cosas que aprendí de esa relación; gran relación dirían muchos; y en efecto, si lo fue. Pero no hubiera aprendido tanto si al final no nos hubiéramos separado. Pues la mitad de las cosas las aprendí con Él y la otra mitad las aprendí porque se fue.

“Todo pasa por algo” me dijo alguna vez. Hoy se que esto no es “algo”, esto es TODO.

If it was´t love it was a lot like it.

A.

tumblr_static_ajb161d0oogswosccgck8g4cc.jpg